Nunca la pude contemplar en sus amaneceres
Eran destellos de placer los momentos nuestros
Tampoco abracé su tristeza una sola vez
Quizás haya calmado su ira algún día
O sólo haya postergado lo siniestro
Me fue imposible no ceder ante sus sensuales placeres
Era la dulce perdición de mi poca y quebrantada cordura
El lugar donde me gustaba consumir las horas
De memoria me aprendía sus curvas
Para disolver un poco la amargura
He sido sincero entre caricias
Más las palabras estuvieron de sobra
Demostró con silencios su realidad
Que más allá de las buenas intenciones
Y los deseos desencadenados en ambos
Nunca se puede huir de la verdad
Me calló las dudas con besos
O era su estrategia para no dudar
Quizás disfrutando del sexo
Era como me enseñaba a amar
Debo reconocer que no sabía hasta donde dar
Donde hacer pausa, quedarme a un lado
Tampoco sabía que esperar
Debo reconocer que tenía miedo a volar
Donde dar el salto, soltar el pasado
Tampoco sabía como recomenzar
No hay comentarios.:
Publicar un comentario