Entregada al misterio
La lujuria del encuentro
Con fantasías inusitadas
Un pacto tácito y perverso
Desnudez cuando ordeno
Indico las posturas, sereno
Su respiración ya excitada
Abre las puertas al infierno
El tacto eriza su cuerpo
Los nervios ceden al deseo
Su carne siente las palmadas
El dolor su castigo predilecto
Nueva adicción al vértigo
A la indecencia que fomento
Gemidos musicalizan la sala
Desbordándose en mis dedos
Ante el gran placer perpetuo
Abrazo sus orgasmos trémulos
Disfruto de las exquisitas pausas
Ante sus súplicas voy más adentro
Soy demonio en su rol impuesto
Lo que profesa el pecado del sexo
El éxtasis que te consume el alma
Un pagano venerando sus pechos