Y tu mirada comienza a hablarme de placer
Me excita cuando te conviertes en agravio
Desafiando la decencia hasta enloquecer
Me gusta leer tus tan delicados gestos
Y ver como mi mano se convierte en pincel
Trazando un lujurioso sendero en tu cuerpo
Volviendo inflamable la suavidad de tu piel
Me gusta cuando nos expresamos con besos
Tomar fuerte tu cintura y sentirte arder
Me calienta saberme tu deseo más perverso
Tanto así como tu exquisito aroma de mujer
Me gusta explorar el calor de tu infierno
Que el sudor de tus pechos sean el cóctel
Así se vaya consumiendo esta sed de sexo
Hasta hacer erupción en un cuarto de hotel
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